Nuestros orígenes. Tierra de nadie

Descripción

¿Qué sabemos de nuestros orígenes? ¿Por qué debemos conocer el pasado? ¿Para qué nos sirve?  Vivimos en un mundo donde, excepto para unos pocos, preguntarse por los orígenes resulta extraño.

En general, sólo nos importa el hoy, poco el mañana y nada o casi nada el pasado. Sin embargo, nuestro pasado existió, aún existe hoy, y nos ayuda a entender cómo hemos llegado a ser quienes somos. Vamos a mirar hacia la oscuridad del pasado buscando nuestros orígenes.

Un viaje por la historia y el tiempo, buscando nuestros orígenes por tierra de nadie

Dicen que la historia de nuestra región comienza hace treinta o cuarenta mil años, cuando nuestro antepasado prehistórico decide hacer aquí frente a la vida. Ignoramos cómo llegó hasta aquí. Tal vez lo hizo huyendo del hielo que debido a la glaciación dominaba Europa.

Herramientas de sílex

Sin embargo, es más fácil que se conserven restos de las herramientas que pertenecieron a nuestros antepasados, como por ejemplo las realizadas en piedra. Hace miles de años el sílex era más abundante que hoy. La dispersión de las lascas encontradas por los arqueólogos, demuestra que las herramientas eran hechas donde y cuando se necesitaban.

Revolución agrícola y domesticación de animales

No sabemos cómo, pero un día surgió en alguien la idea de sembrar las semillas de cereales que antes recolectaban. Así empezó la agricultura que ha sido definida como la mayor de las revoluciones de nuestra especie. 

Tras iniciar el control de las plantas, se pasa a la siguiente etapa: la domesticación de los animales. Con el inicio de la agricultura y la ganadería comienza uno de los cambios más importantes que el hombre jamás ha efectuado en la naturaleza. Someter a los animales y plantas a su voluntad.

Con el conocimiento y mejora de las técnicas para fabricar y modelar metales, vino el  poder. Ahora los hombres viven y mueren por la espada, despilfarrando su energía en el arte de la guerra

El poder de los metales: Armas de guerra

El gran paso siguiente en la senda de la civilización se dio hace 6.000 años cuando nuestros antepasados aprendieron a emplear los metales. Con el conocimiento y mejora de las técnicas para fabricar y modelar metales, vino el poder.

Pero las espadas y las lanzas, las hachas y los puñales, no eran sólo símbolos de poder, sino también armas de guerra. Con ellas el agricultor se convierte en guerrero. Ahora los hombres viven y mueren por la espada, despilfarrando su energía en el arte de la guerra.