Agua y salud

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Lo que no se enseña en la escuela

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La vida tal como la conocemos no es más que agua organizada. Ninguna persona, hombre o mujer, puede pensar, ver, hablar, sentir o realizar cualquier actividad sin agua.

Sin el agua nuestro cuerpo no podría funcionar. El ser humano, desposeído de agua, se reduce a unos pocos kilogramos de sales minerales. Sin embargo, resulta curioso que en la escuela y en los libros de texto de biología y bioquímica apenas se dice algo sobre el papel del agua en nuestro cuerpo. 

El 70 % de nuestro volumen y peso es agua, distribuida en los 60 a 100 billones de células que tiene el cuerpo humano. Aunque el porcentaje real de agua varía en función de la edad (menor en las personas de avanzada edad) y la cantidad de grasa corporal (las personas obesas tienen menos cantidad de agua en el cuerpo que las delgadas).

El agua es, por tanto, la sustancia más abundante de nuestro cuerpo. Se encuentra almacenada en tres grandes depósitos:

  • El interior de las células
  • El espacio que hay entre las células
  • En la sangre.

Un adulto, por término medio, elimina unos dos litros y medio de líquido cada día:

  • Un litro y medio se elimina en forma de orina
  • Medio litro en forma de sudor
  • Algo menos de medio litro cuando respiramos
  • El resto con los excrementos.

Las moléculas de agua se mueven sin cesar en el interior del cuerpo. El agua es un medio de transporte muy efectivo e insustituible que interviene en casi todas las funciones de nuestro organismo. Actúa como solvente aportando nutrientes y eliminando toxinas.

A diferencia de algunos animales y plantas nuestro cuerpo no dispone de una reserva de agua. Por eso es de vital importancia que bebamos agua con regularidad. Cuando ignoramos esta norma aparece la deshidratación. Lo malo es que los efectos negativos de la deshidratación se producen en nuestro cuerpo mucho antes de que notemos los primeros síntomas.

¿Conocemos realmente los beneficios que el agua tiene para nuestra salud?

Este artículo tiene como objetivo ayudar a responder a esa pregunta y contribuir a que puedas crear y mantener un cuerpo sano.

Tiempo de lectura: 21 minutos

☛ A lo largo de nuestra vida bebemos una media de cuarenta mil litros de agua.  

El agua es el fundamento de la vida porque la vida nace en el agua. Como todos los mamíferos, los seres humanos nos desarrollamos durante el período de gestación sumergidos en un microcosmos acuático, salado y cálido.

Cerca del 95 % del peso de un niño recién nacido es agua. Tiene un 20% más de agua que su madre y un 30 % más que su abuelo. Perdemos agua a medida que envejecemos: En los ancianos puede llegar a ser menos del 50%.

  • El 85 % de nuestro cerebro es agua.
  • El 80 % de nuestra sangre es agua.
  • El 22-30 % de nuestros huesos es agua. 
  • El 75% de nuestros músculos es agua.
  • El 71 % de nuestra piel es agua.
  • El 73 % del hígado es agua.

Cada proteína está rodeada por unas 10.000 moléculas de agua. Y millones de moléculas de agua rodean y se adhieren a una célula. Sin el agua no se podría mantener la estructura y la arquitectura celular de nuestro cuerpo. Como una especie de “pegamento”, el agua une las estructuras fijas dentro de la membrana celular. 

    1.1 ¿Qué ocurre si no hay suficiente agua en el cuerpo?

Si no hay suficiente agua las células se desecan.

El 75% del peso de la parte superior del cuerpo es soportado, sobre todo, por el volumen de agua almacenado en el núcleo del disco de la 5ª vértebra lumbar. El otro 25% es soportado por la materia fibrosa que existe alrededor de ese disco.

Cuando el cuerpo sufre deshidratación los discos intervertebrales y las articulaciones de la columna están entre los primeros órganos afectados. El 5º disco lumbar se encuentra afectado en el 95% de los casos de problemas de columna. Uno de estos problemas es el lumbago o lumbalgia, conocido familiarmente como “dolor de riñones”.

La escasez de agua en el cuerpo reduce el volumen de la espina dorsal y disminuye el agua que contienen los cartílagos discales. Esto hace que disminuya el tamaño de los discos intervertebrales y provoquen espasmos musculares (contracciones involuntarias de los músculos).

☛ La disminución de la talla de los ancianos no tiene que ver con la edad sino con la deshidratación. 

    1.2 Los tres depósitos de agua de nuestro cuerpo

Según la constitución de cada persona, nuestro cuerpo contiene entre 40 y 50 litros de agua. Un hombre que pese 68 kilos tiene unos 38 litros de agua en su cuerpo distribuidos en tres grandes depósitos:

  • Cerca de 26 litros de agua están en el interior de sus células. Es el depósito de agua más grande del cuerpo.
  • Alrededor de 8 litros de agua están en el espacio que hay entre sus células. Su composición es similar a la del agua de mar, aunque un poco más diluida.
  • Cerca de 4 litros de agua están en la sangre que circula por el interior de los vasos sanguíneos por donde navegan los nutrientes.  Este pequeño volumen de agua en la sangre debe mantenerse constante ya que es muy importante para que nuestro cuerpo funcione. En caso de necesidad los otros dos depósitos se encargan de reponer en la sangre el agua necesaria o absorberla si sobra.

☛ Normalmente los tres depósitos de agua están en continuo intercambio para mantener un equilibrio dentro del organismo.

Las moléculas de agua se mueven sin cesar en el interior del cuerpo. El agua facilita o está implicada en un gran número de procesos. Estos tienen lugar en el interior de nuestro cuerpo y nos mantienen vivos. Si no se consume la cantidad adecuada de agua aparecen las enfermedades y se acorta la vida.

2. ¿Conocemos realmente los beneficios del agua para nuestra salud?

De todas las sustancias naturales el agua es la que más se acerca al disolvente universal porque casi todas las sustancias pueden disolverse en agua. Pero también es, a la vez, un medio de suspensión

Debido a esta propiedad, el agua interviene para que podamos respirar, para realizar la digestión y la expulsión de los alimentos, para expulsar los residuos a través de la orina, para distribuir el oxígeno y los nutrientes en las células, sirve de lubricante para las articulaciones,… 

☛ Sin el agua nuestro cuerpo no podría funcionar

¿Es posible que con el simple hecho de beber la cantidad suficiente de agua cada día evitaríamos muchas enfermedades?

¿Podemos retrasar el envejecimiento bebiendo el agua que el cuerpo necesita?

Para responder a estas preguntas tendremos que conocer más de cerca como actúa el agua en el interior de nuestro cuerpo.

    2.1 Para respirar

Para que podamos respirar el agua circula por todo el cuerpo llevando oxígeno a todos los órganos y células. A su vez, recoge el dióxido de carbono y lo transporta hasta los pulmones para intercambiarlo por oxígeno.

☛ Si nuestros pulmones no estuviesen siempre húmedos no podríamos respirar

Los pulmones eliminan el dióxido de carbono y otros gases tóxicos, además de los residuos metabólicos muy ácidos.

    2.2 Para comer y nutrirnos

Necesitamos agua para disolver los alimentos que comemos al realizar la digestión. Si la saliva no mojara los alimentos no podríamos ingerirlos.

☛ Sin el agua de la sangre no se podrían transportar los nutrientes de los alimentos a todos los órganos del cuerpo para ser absorbidos y nuestras células no se alimentarían

    2.3 Para eliminar residuos

Cada día las enzimas celulares se enfrentan a la tarea de desintegrar 30.000 millones de células viejas y gastadas que ya no son capaces de aprovechar el oxígeno y los nutrientes. El resultado es la acumulación de grandes cantidades de detritos celulares.

A estos desechos celulares hay que sumar los residuos metabólicos que producen los 60 a 100 billones de células de nuestro cuerpo. El agua se encarga de recoger todos estos residuos y llevarlos a los órganos responsables de su eliminación.

☛ Durante el transporte los residuos no van disueltos en el agua sino que van en suspensión. Si las sustancias de desecho se diluyeran en el agua no podrían ser eliminadas de nuestro cuerpo.

El hígado desintegra restos celulares, elimina la toxicidad de los fármacos, el alcohol y otras sustancias nocivas.

Debajo de la piel tenemos dos millones y medio de glándulas sudoríparas. A través de ellas nuestro cuerpo elimina el sudor y del 40 al 60% de los desechos.

Los pulmones eliminan residuos metabólicos muy ácidos, el anhídrido carbónico y otros gases tóxicos.

Los riñones expulsan los residuos (ácido úrico, urea, amoniaco y otros desechos del hígado) a través de la orina. Pero los riñones actúan mejor si disponen de la cantidad de agua necesaria y así se evita que la orina sea muy concentrada.

Por el sistema linfático circulan y se depuran continuamente los 18 litros de linfa cargada se sustancias residuales del cuerpo. Por lo que desempeña un importante papel de desintoxicación.

El colon expulsa materia fecal, mucosidades, bacterias muertas y parásitos.

El agua también participa en la expulsión de los restos de alimentos no digeridos.

☛ Cada día las enzimas celulares se enfrentan a la tarea de desintegrar 30.000 millones de células viejas y gastadas

   2.4 Para los ojos

La visión y el movimiento de nuestros ojos es posible gracias a un lubricante cuyo principal elemento es el agua. Sin el agua de las lágrimas nuestros ojos se irritarían por falta de humedad.

    2.5 Para regular la temperatura corporal

El agua puede absorber grandes cantidades de calor antes de empezar a calentarse y lo libera lentamente mientras se enfría. Esta propiedad diferencia al agua de otros líquidos. Permite regular la temperatura corporal y sirve de defensa a nuestras células para evitar cambios bruscos de temperatura.

Mediante la transpiración el agua que se evapora a través de la piel se lleva calor. De este modo actúa como un buen mecanismo de refrigeración.

☛ Sin el agua no podríamos sobrevivir

    2.6 Para lubricar

El agua sirve de lubricante. Las articulaciones de nuestro cuerpo necesitan agua para evitar la fricción y el dolor.

El agua humedece la comida en las mucosidades de nuestro aparato digestivo. Así asegura que la comida pueda pasar sin esfuerzo por el intestino.

    2.7 Para el movimiento

Nuestros músculos nos permiten movernos porque su principal constituyente es agua. A su vez, los impulsos nerviosos que reciben los músculos se transmiten a través del agua.

3. Deshidratación

☛ La deshidratación es el problema más común de la vida moderna. Aunque lamentablemente no es reconocido como se debiera  

Observa las fotos con atención. ¿Qué tienen en común las plantas y los camellos que los diferencia de las personas que van sobre ellos? En efecto. Los tres tipos de plantas y los camellos disponen de una reserva de agua.

Sin embargo, nuestro cuerpo no dispone de una reserva de agua. Por eso es de vital importancia que bebamos agua con regularidad. Cuando ignoramos esta norma las células de nuestro cuerpo no reciben agua suficiente para realizar sus funciones básicas. Entonces aparece la deshidratación.

Según algunos estudios, la deshidratación es el problema más común de la vida moderna. Aunque lamentablemente no es reconocido como se debiera. Ciertos trastornos, como la diabetes, por ejemplo, pueden dar lugar a la deshidratación.

Cuando disminuye la cantidad de agua en nuestro cuerpo la concentración de sodio aumenta. Entonces el cerebro envía un estímulo y sentimos sed. La sed es una señal de alarma. Y el primer síntoma que indica que ya nos encontramos con un cierto grado de deshidratación.

☛ Lo malo es que los efectos negativos de la deshidratación se producen en nuestro cuerpo mucho antes de que notemos los primeros síntomas.

Así que, cuando observamos que nuestra boca está seca o tenemos la sensación de sed, ya es demasiado tarde. Estamos deshidratados. ¿Qué hace entonces nuestro cuerpo?

    3.1 Las células

Hemos visto que uno de los tres grandes depósitos de agua de nuestro cuerpo está en el interior de las células. Su agua se emplea para que nuestra sangre sea más fluida. Pero cuando nuestro cuerpo no recibe el agua que necesita, las células comienzan a retener agua para evitar su autodestrucción.

Para aumentar el grosor de sus paredes e impedir que el agua salga las células emplean el colesterol. Esta medida de urgencia salva a las células en un primer momento. Pero también reduce su capacidad para que entre agua y los nutrientes que necesitan.

La consecuencia es la acumulación en los tejidos que rodean a las células del agua y los nutrientes que no pueden absorber. Las piernas, los brazos, la cara, y otras partes del cuerpo se inflaman a causa de la retención de líquidos. Al mismo tiempo, el plasma sanguíneo y la linfa se congestionan y espesan.

    3.2 El cerebro

Cuando las células de nuestro cuerpo no reciben agua suficiente, la glándula pituitaria del cerebro segrega una hormona llamada vasopresina. Su función es contraer los vasos sanguíneos para reducir el volumen de sangre y aumentar la presión que permita que llegue el agua a las células. Por eso es muy corriente que las personas deshidratadas tengan la presión arterial alta.

Si nuestro cuerpo no dispone de agua suficiente tiene unas prioridades para repartir la que hay disponible. La primera prioridad es suministrarle agua al cerebro.

Se calcula que las células cerebrales se componen de un 85 % de agua. El cerebro humano, que trabaja las 24 horas del día, necesita más agua que cualquier otra parte del cuerpo. Normalmente, el cerebro tiene un 20 % de toda la sangre que circula por nuestro cuerpo.

Para realizar sus funciones y mantener su rendimiento el cerebro necesita satisfacer sus necesidades energéticas. Además de la glucosa, necesita la energía que se genera al pasar el agua a través de las membranas de las células. Si el agua escasea se reduce el suministro de energía al cerebro y se debilitan sus funciones vitales. Así que cuando no hay agua para todos, los órganos más vitales como el cerebro tienen prioridad.

☛ Si nuestro cuerpo no dispone de agua suficiente tiene unas prioridades para repartirla. La primera es suministrarle agua al cerebro.

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    3.3 La sangre

Cuando nuestro cuerpo se deshidrata la sangre empieza a espesarse demasiado. Para evitar el riesgo que esto supone, la sangre extrae el agua de las células más próximas y de esta forma consigue diluirse. 

Pero esta solución tiene sus consecuencias: las células y el tejido conectivo que las rodea pierden el agua que necesitan para eliminar los desechos metabólicos. Y al impedir que las materias residuales abandonen nuestro cuerpo se produce una congestión.  

    3.4 Otros órganos vitales

​¿Qué ocurre cuando no suministramos el agua que nuestro cuerpo necesita? Además del cerebro, hay otros órganos vitales que tienen prioridad para repartirse el agua existente.

Los pulmones, el hígado, los riñones y glándulas tienen prioridad sobre los músculos, los huesos y la piel en la distribución del agua. Si la situación de escasez de agua se mantiene durante un período más o menos largo, algunos de estos órganos pueden resultar afectados.

    3.5 Grados y consecuencias de la deshidratación

En condiciones normales las enzimas de las células informan al cerebro cuando hay escasez de agua. Pero cuando las enzimas de las células están deshidratadas pierden su eficiencia y ya no son capaces de manifestar que tienen carencia de agua. Al no informar al cerebro este no puede enviar la señal de “alarma de sed” al cuerpo.

La deshidratación afecta tanto al cuerpo como a la mente.

Deshidratación del 1%

Cuando la deshidratación es del 1 % sentimos sed. Pero incluso antes de sentir sed, la pérdida de agua afecta a la actividad de nuestro cuerpo y reduce la capacidad del sistema inmunológico para defenderse.

Deshidratación del 2 %

Cuando la deshidratación llega al 2% nuestra capacidad de trabajo empieza a disminuir. Surgen problemas de memoria, dificultades para resolver un problema básico de matemáticas, leer la pantalla del ordenador o un papel escrito.

Deshidratación del 4 %

Con una deshidratación del 4 % empezamos a sentir somnolencia, apatía  y mal humor. Somos más vulnerables al estrés y podemos sentir náuseas.

Deshidratación del 20 %

Cuando la deshidratación de nuestro cuerpo llega al 20% se produce la muerte.

4. Beber poca agua no es la única causa de que nos deshidratemos

Muchas personas no son conscientes de que la sensación natural de sed que tiene su cuerpo es una señal de que necesitan agua simple y pura. Pero en vez de agua eligen otras bebidas porque creen que así pueden satisfacer esa necesidad de su cuerpo.

    4.1 Bebidas azucaradas, café, té y chocolate

Las bebidas azucaradas, por ejemplo, aunque contienen agua, producen un aumento considerable del nivel de azúcar en la sangre. Esto fuerza al cuerpo a eliminar grandes cantidades de agua. Así que, cuantas más bebidas azucaradas se consumen, más se deshidrata el cuerpo pues crean unos efectos exactamente opuestos a los del agua.

También el estrés, comer en exceso, hacer demasiado ejercicio, consumir de forma habitual alimentos o sustancias estimulantes como azúcar, especias y edulcorantes, chocolate, tabaco o refrescos, tienen un efecto deshidratante sobre nuestro cuerpo.

¿Qué tienen en común el café, el té, los refrescos de cola y el chocolate para influir en la deshidratación de nuestras células?

Todos ellos comparten una misma sustancia nerviosa: la cafeína. Es un alcaloide que penetra con rapidez en el torrente sanguíneo y actúa como una droga estimulante. Una droga que tiene, además, un poderoso efecto diurético.

Sin embargo, este efecto diurético no es una consecuencia directa de la cafeína, sino de la respuesta del sistema inmunológico al intentar deshacerse de ella. Las células corporales tienen que gastar parte de su agua para eliminar la cafeína de la sangre. Así que el consumo regular de café, té, chocolate y refrescos de cola hace que las células se deshidraten.

Por cada taza de té o de café que bebemos, el cuerpo necesita dos o tres tazas de agua sólo para eliminar los estimulantes, un lujo que no se puede permitir.

La cafeína genera una constante sed debido a que elimina el agua del cuerpo con más rapidez de la que este tarda en absorberla. Si, además, bebemos poca agua los efectos sobre nuestra salud del consumo regular de este tipo de bebidas pueden ser graves a consecuencia de una deshidratación crónica.

☛ Beber poca agua no es la única causa de que nos deshidratemos. También nos podemos deshidratar si consumimos regularmente bebidas con efectos diuréticos como el café, el té, las bebidas carbónicas y alcohólicas.

    4.2 Bebidas alcohólicas

El alcohol también tiene un importante efecto deshidratante. Impide que el cerebro produzca la hormona vasopresina. Esta se encarga de contraer los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial para facilitar que llegue el agua a las células, lo que aumenta la deshidratación celular. Pero también tiene otros efectos:

  • El alcohol es un azúcar líquido refinado que produce gran cantidad de ácido y hace que nuestro cuerpo pierda minerales. Para neutralizar el ácido y mantener un nivel adecuado de alcalinidad de la sangre, el cuerpo tiene que utilizar sus reservas alcalinas, principalmente el calcio de los huesos y de los dientes.
  • Bajo la influencia del alcohol nuestro sistema nervioso y el inmunológico se deprimen. Esto provoca una disfunción en el proceso digestivo, metabólico y hormonal del cuerpo. El hígado es el órgano más dañado por el alcohol.

Veamos que ocurre en el cuerpo de un bebedor de cerveza.

☛ Para procesar un vaso de cerveza las células del cuerpo tienen que aportar al menos tres vasos de agua. Lo que puede ocasionar una grave deshidratación.

Cuando el cuerpo de un bebedor de cerveza emite las señales de deshidratación, el bebedor se ve tentado a beber más cerveza, lo que aumenta aún más su deshidratación.

☛ La típica “resaca” que se produce tras el consumo abusivo del alcohol, no es más que un caso extremo de deshidratación de las células del cerebro. Si se produce con cierta frecuencia, un gran número de células cerebrales se dañan y mueren.

   4.3 Sal refinada de mesa (cloruro sódico)

La sal marina natural contiene más de 80 minerales y oligoelementos esenciales. Estos se encuentran en proporciones similares a las de nuestro cuerpo y contribuye a mantener el equilibrio hidroelectrolítico (entre el agua y los iones minerales). La sal marina, disuelta e ionizada, a través de la saliva y las secreciones gástricas facilita el proceso digestivo y limpia el tracto gastrointestinal.

Mientras que la sal refinada de mesa (cloruro sódico) produce el efecto contrario. Conviene precisar que la sal refinada que consume la mayoría de la gente y que se añade a miles de alimentos elaborados industrialmente sólo contiene dos minerales: el sodio y el cloro, que no se encuentran en la proporción natural que el cuerpo necesita. Esta sal, además de otros efectos dañinos para la salud, contribuye a la deshidratación. Veamos brevemente por qué.

En las membranas de nuestras células se produce un intercambio de iones a través de lo que se conoce como la bomba de sodio-potasio. Esta es imprescindible para que los iones de sodio (Na+) pasen a un lado de la membrana y los iones de potasio (K+) lo hagan en dirección contraria. Una de sus funciones es regular la cantidad de agua que hay dentro y fuera de las células.

Pero las células con una dieta pobre en minerales esenciales pierden la capacidad de controlar sus iones. Esta pérdida del equilibrio iónico tiene graves consecuencias para el cuerpo humano. La sal refinada no puede mezclarse o combinarse con los fluidos corporales de nuestro cuerpo. Su efecto deshidratante da lugar a la retención de líquidos, presión arterial alta y problemas renales, entre otros problemas de salud.

No obstante, si los niveles de potasio en nuestro cuerpo descienden por debajo de lo normal, el sodio que contiene la sal marina podría ser también un problema.

Por otra parte, a la sal refinada se le añaden diversos blanqueadores. Además, para evitar que absorba humedad y se apelmace, también se le añaden sustancias químicas como el hidróxido de aluminio que es tóxico. El aluminio es una neurotoxina ampliamente reconocida que inhibe más de 200 funciones biológicamente importantes y causa diversos efectos adversos en plantas, animales y seres humanos. 

    4.4 Otras causas de deshidratación
  • El consumo habitual de azúcar, tabaco, estupefacientes y edulcorantes artificiales.
  • Una vida estresada.
  • El exceso de peso.
    4.5 Deshidratación crónica

Una persona que haya vivido muchos años sin beber la cantidad de agua adecuada es más propensa a acumular toxinas en su cuerpo. Cuando se produce una deshidratación celular los residuos tóxicos del metabolismo de nuestro cuerpo no se eliminan como es debido.

Para diluir y neutralizar los productos tóxicos que se van acumulando, aumenta en el exterior de las células la cantidad de agua. Así que es posible que la persona afectada no sea consciente de que sufre deshidratación. Pero sí puede observar si empieza a retener liquido en las piernas, pies, brazos y cara.

☛ Las personas con deshidratación crónica deben realizar de un modo gradual la hidratación adecuada del cuerpo para evitar graves problemas.

En esta situación sería poco razonable empezar bebiendo los dos litros de agua diarios, ya que el agua no sería filtrada por los riñones y se quedaría estancada fuera de las células, provocando un aumento de peso. 

En un estado de deshidratación crónica, ingerir momentáneamente una gran cantidad de agua puede incluso ocasionar una intoxicación hídrica o una hiperhidratación. Lo que puede implicar graves consecuencias para la salud debido a que provocaría un desequilibrio electrolítico en el cerebro.

La hidratación en una situación de deshidratación crónica, debe hacerse de forma gradual y con la supervisión de un profesional de la salud que conozca el metabolismo del agua.

5. ¿Qué podemos hacer para saber si estamos o no deshidratados?

Existe una forma sencilla y fiable para saber si estamos deshidratados o no. Debemos fijarnos en el color de la orina y comprobar si normalmente es incolora o ligeramente amarilla. Si es así no hay problema.

Ahora bien, si normalmente es amarilla oscura o, incluso, de color naranja entonces indica que nos estamos deshidratando. Ese color oscuro significa que la orina está muy concentrada. Y que los riñones están trabajando duro para eliminar las toxinas del cuerpo.

También hay otra forma que, en menos de un minuto, nos permite saber en cualquier momento y lugar si estamos deshidratados. 

Se mantiene un brazo caído y relajado durante unos segundos. Observaremos como se hinchan las venas en el dorso de la mano. Entonces vamos subiendo el brazo lentamente y al llegar a la altura de los ojos observamos el dorso de la mano: si las venas siguen hinchadas es que estamos deshidratados. Pero si, a medida que subimos el brazo, la hinchazón de las venas va disminuyendo hasta desaparecer, es que nuestro grado de hidratación es aceptable.

No obstante, lo mejor es no tener que comprobarlo dándole diariamente a nuestro cuerpo lo que pide: Que es agua y sólo agua. No hay que esperar a tener sed para beber. Igual que no esperamos a que nos falte el aire para respirar.

5.1 Algunos síntomas y efectos de la deshidratación

Como consecuencia de la deshidratación aumenta la producción de histamina. La histamina es una sustancia que existe de forma natural en nuestro cuerpo, pero si aumenta en exceso da lugar a los síntomas que experimentan las personas que sufren algún tipo de alergias: Picores, rinitis, irritación de ojos o retención de líquidos. A su vez, esta retención de agua asociada a la deshidratación suele presentar otros síntomas: calambres musculares, palpitaciones, debilidad, aturdimiento, malestar general y desorientación. A medida que transcurre el día, como consecuencia de la retención de líquidos, aparece hinchazón en los tobillos, manos, abdomen, bolsas debajo de los ojos o alrededor de ellos,…; estreñimiento, poca orina y sudor escaso, etc.

No obstante, además de la deshidratación, también existen otras causas de la retención de líquidos, como una deficiencia en nutrientes o una dieta baja en proteínas, desequilibrios de los riñones o problemas cardiovasculares, son algunas de las causas.

6. ¿Cuánta agua necesitamos beber cada día y cuándo es conveniente hacerlo?

Para evitar la deshidratación una persona adulta necesita al menos de seis a ocho vasos de agua diarios (unos dos litros).  Esta cantidad es variable, ya que depende de la actividad de cada persona y del clima del lugar en el que vive. Dicha cantidad permite cubrir las necesidades de nuestro organismo para realizar sus funciones y compensar las pérdidas de agua. Pérdidas que se producen a través del sudor, la orina, las lágrimas,…

De esta forma se asegura que los 60 a 100 billones de células que hay en el cuerpo reciban todas su ración diaria de agua.

    6.1 Los tres mejores momentos para beber agua

El momento más importante para tomar uno o dos vasos de agua es inmediatamente después de levantarnos.

Ese vaso de agua templada ayuda a diluir la orina que está muy concentrada por la mañana. Así evitamos que se produzcan cálculos en los riñones y en la vejiga.

El segundo momento importante para beber un vaso de agua templada o a temperatura ambiente es media hora antes de cada comida.

El tercer momento para beber agua es unas dos horas y media después de cada comida.

En esos tres momentos un cuerpo bien hidratado tendrá sed de forma natural. Proporcionarle a nuestro cuerpo en esas horas el agua suficiente asegura la cantidad de sangre, de bilis y de linfa necesarias para que pueda realizar bien todas sus funciones.    

Además de beber agua en estos tres momentos, es muy aconsejable tomar entre dos y tres vasos más de agua a lo largo del día.

    6.2 Las sensaciones de hambre y sed

Las sensaciones de hambre y de sed utilizan el mismo sistema de alerta hormonal en nuestro cuerpo. Si sentimos hambre en esos momentos, lo más probable es que en realidad lo que necesitemos sea beber agua. Así que lo mejor es tomar primero un vaso de agua y después nos aseguramos de si seguimos teniendo hambre o no.

Beber de 8 a 10 vasos de agua al día alivia significativamente los dolores de espalda y de las articulaciones en un 80 % de las personas que los padecen.

☛ El secreto de una buena salud reside en la renovación del agua de nuestras células y de los minerales esenciales que el cuerpo necesita.

7. Tomar sal marina: Principales funciones

La sal marina no refinada o la sal de roca es la única sal que nuestro cuerpo puede digerir, asimilar y utilizar adecuadamente. Ahora bien, si ingerimos la sal en seco entra en el cuerpo sin ionizarse, no se asimila adecuadamente, provoca sed y otros daños. Para que la sal marina sea de utilidad, necesita penetrar en los alimentos, para que la humedad de estos la disuelva previamente. Se puede disolver una pizca de sal en agua y añadirla a la fruta y otros alimentos que se suelan tomar crudos. Esto ayuda a digerir los alimentos y a disminuir la acidez del cuerpo. Añadir una pizca de sal al agua para beber también ayuda a alcalinizar el cuerpo.

 Estas son las principales funciones de la sal marina (1):

  • Junto con el agua, regula el ritmo cardíaco y la presión arterial.
  • Elimina el exceso de acidez de las células, especialmente de las del cerebro.
  • Regula los niveles de azúcar en sangre, lo que es especialmente importante para los diabéticos.
  • Es esencial para generar energia hidroeléctricaen las células del cuerpo.
  • Es necesaria para la absorción de nutrientes en el intestino.
  • Es necesaria para limpiar los pulmones de mucosidad y flemas, especialmente en los casos de asma y fibrosis quística.
  • Limpia el catarro y la congestión de los senos paranasales.
  • Es un potente antihistamínico natural.
  • Evita los calambres musculares.
  • Contribuye a prevenir una excesiva producción de saliva. La saliva que fluye en la boca mientras dormimos puede indicar una deficiencia de sal.
  • Aporta firmeza a los huesos. El 27% de la sal del cuerpo se encuentra en los huesos. La deficiencia de sal o bien tomar sal refinada de mesa (cloruro sódico) en lugar de sal marina, son causas importantes de osteoporosis.
  • Regula el sueño al actuar como un hipnótico natural. 
  • Evita la gota y la artritis gotosa.
  • Es vital para mantener la libiodo y la sexualidad.
  • Puede evitar las varices y las venas capilares de piernas y muslos.
  • Aporta al organismo más de 80 minerales. A la sal de mesa se la despoja de todos estos minerales, excepto de dos (Cloro y sodio), y se le añaden aditivos perjudiciales, como el silicato de aluminio, uno de los principales causantes de Alzeimer.

(1)Ver Andreas Moritz:  Los Secretos eternos de la Salud;  Limpieza Hepática y de la vesícula, ambos libros en Ediciones Obelisco.

8. Beber agua de calidad

Como hemos visto en este artículo, el secreto de una buena salud y vitalidad reside en la renovación del agua de nuestras células junto con los minerales esenciales que el cuerpo necesita. El agua y la sal marina natural son imprescindibles para mantener en equilibrio el metabolismo del agua. De forma que el cuerpo pueda generar la energía eléctrica adecuada para que se realice la actividad celular. 

Así que beber suficiente agua es una de las mejores medidas preventivas que podemos tomar para evitar la enfermedad y mantener un cuerpo sano. A veces nos sentimos mal o tenemos poca energía y buscamos soluciones complicadas. Cuando la solución puede ser muy simple: beber más agua.

Pero ¿es suficiente beber agua?

El derecho humano básico a la salud está en relación directa con el agua. Del agua dependen la seguridad alimentaria y el control de muchas enfermedades. Por eso es importante asegurarse de que el agua que ingerimos sea de calidad.

La calidad del agua potable y la que se emplea en agricultura es una cuestión que preocupa o debería preocupar en países de todo el mundo, en desarrollo y desarrollados. Pero las normas relativas a la calidad del agua difieren de unos países o regiones a otros.

    8.1 Cloración del agua

La cloración no parece ser el más saludable de los procedimientos de purificación del agua si se tiene en cuenta que el cloro es venenoso. Este potente desinfectante elimina toda clase de bacterias, tanto las dañinas como las beneficiosas, y acaba destruyendo o debilitando seriamente nuestra flora intestinal que tanto contribuye a fortalecer nuestro sistema inmunitario. El cloro también destruye la vitamina E y puede irritar el estómago.

En las personas mayores la cloración del agua es una de las causas que hacen disminuir sus defensas. Quienes afirman que la cantidad de cloro en el agua es muy pequeña, no tienen en cuenta que el cloro se acumula en el tejido adiposo.

Los trihalometanos son productos químicos contaminantes que se forman en el agua tratada con cloro. Estos contaminantes que se encuentran en el agua potable son un factor de riesgo del cáncer de vejiga. Toda la población está expuesta a los trihalometanos que pueden ser ingeridos con el agua, inhalados o absorbidos por la piel en el baño, la ducha o la piscina.

    8.2 Agua embotellada y contaminantes hormonales

Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada con 29 muestras de agua embotellada comercializadas como “agua mineral natural” procedentes de diferentes manantiales, encuentra contaminantes hormonales en todas las botellas. Pueden causar problemas de infertilidad, inmunológicos, metabólicos y distintos tipos de cáncer. El estudio fue realizado en el año 2015 por un equipo dirigido por el doctor Nicolás Olea, considerado el mayor experto de España en disruptores endocrinos. En sus conclusiones indica que los contaminantes pasan de las botellas de plástico al agua

Por tanto, es importante prestar atención tanto a la cantidad como a la calidad del agua que bebemos. Un agua de baja o mala calidad biológica en lugar de revitalizar a nuestro organismo, le da un trabajo suplementario o, incluso, nos enferma.

    8.3 Destilación del agua, sal marina y agua de mar

La destilación del agua es el método más seguro y efectivo para beber agua de calidad. La destiladora hierve el agua y la convierte en vapor, que luego se va condensando gota a gota. Durante el proceso se eliminan los minerales y los contaminantes inorgánicos (nitratos, cloro, etc.), metales pesados (mercurio, plomo, cadmio, etc.), contaminantes orgánicos (pesticidas, petróleo, etc.), bacterias, hongos y virus. El resultado final es que se consigue un agua pura.

Conviene utilizar una destiladora con depósito de acero inoxidable de unos 4 litros y un recipiente de vidrio donde cae el agua, que suelen venderse juntos. Tras la destilación es aconsejable añadir al agua una cuharadita de sal marina o, incluso mejor, añadir una parte de agua de mar por cada tres partes de un litro de agua destilada. El agua del grifo es agua muerta, por lo que es conveniente activarla y vitalizarla para convertirla en agua viva. Sobre la vitalización tratará la tercera parte de misterios del agua. Al usar agua del grifo en la destilación, el coste es prácticamente el de la energía eléctrica empleada, que sigue siendo más barata y saludable que el agua mineral embotellada. Además, permite amortizar con rapidez el coste de la destiladora. 

Hay que tener en cuenta que los minerales inorgánicos del agua (ya sea del grifo o embotellada) no pueden ser asimilados por nuestro cuerpo, tanto si el agua es dura o de mineralización débil. Nuestro cuerpo se ve forzado a intentar eliminar parte de esos minerales que se van acumulando en distintas zonas y creando problemas (cálculos en el riñón y en el hígado, endurecimiento de las arterias, etc.)  Sólo las plantas son capaces de asimilar los minerales inorgánicos y convertirlos en orgánicos. Y son, justamente, estos minerales orgánicos que se encuentran en las frutas y verduras frescas que comemos, los que si pueden ser asimilados por nuestro cuerpo. 

☛ El consumo de agua con buena calidad biológica y en la cantidad necesaria es la forma más barata de medicina preventiva. Su consumo diario nos mantiene sanos y carece de efectos secundarios. 

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Jesús Agustín

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