Redención
Tú lector, palpitas de vida y de orgullo y de amor como yo, para ti, pues, estos cantos. WALT WHITMAN
hoy te quiero de gala como un campo
de almendros en febrero
que el alba te decore
con su luz escarchada de rocío
que no desprecies nada
no limites tu gozo a la belleza
abandona el exilio de tu cuerpo
dimensión oxidada que la edad nos impone
alístate a la vida con rango de recluta
que la pasión te guíe
el pulso de la sangre irreflexiva
.
no permitas que la muerte condicione tus actos
ni el rezo de almuecín que invoca el día
la salmodia del canto gregoriano
los rollos de oración que el viento esparce
a la sombra del príncipe Sidarta
siembra con manto de azafrán
por las laderas descarnadas del Tíbet
la misma letanía que se muda
del gong a las campanas a los crótalos
la matraca incesante de voces poseídas
castillos levantados sobre el barro
elemental de la inocencia
fantasías de naipes sin sustento
(del libro Versos sin culpa)
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