Tú lector, palpitas de vida y de orgullo y de amor como yo, para ti, pues, estos cantos. WALT WHITMAN
(…) su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrán sentido.
Polvo serán, más polvo enamorado.
FRANCISCO DE QUEVEDO
☛ A Carmelina
Que la noche devuelva tu ternura
que del recuerdo se haga tu cuerpo
que regresen tus ojos
que tanto amor han dado
y tu beso pise el mundo
y corrija mi sueño.
Cuántas palabras como estrellas
como rostros cierran mi voz
cuántas palabras para llegar a ti
y no alcanzo ninguna
que roce tu piel serena.
En esta imposible unidad
de cuerpos separados, un verso
como puente de alma a alma:
Soy dulzura en tu dulzura
de viva luz coronada.
Mi llanto sordo y tierno vive
clavado a tu cruz de ausencia
y quema distancias de amor
por un cuerpo deshabitado
que el recuerdo, tirano cruel
destierra con vengativa mano.
Esta herida callada del alma
busca su alivio y su ventura
¿cómo será tocarte a mi lado
ser de ti cuando entro, silencioso
cuando salgo de la oscuridad a la luz
rodeado de tus brazos temblorosos?
En esta noche mineral
de humo y ceniza amante
hojas de sal que agitan el cielo
beben juntas rocío en tu nombre
y tienen sombra de árbol.
Absorto en un exilio airado y frío
la sombra de tu muerte me maltrata.
Tu imagen que ocupa los sentidos
con su gracia y hermosura me rescata
y la voz articulada del arroyo
devuelve tu aroma perdido de ayer
llenando de hoy este dichoso penar.
Como el día que abarca el horizonte
asomándose a sí mismo, mi amor
bebe tu agua sin tristeza ni espanto
vive con el alma desnuda
y aspira vida para volver a ti.
Amo y espero meditando ausencia
y en la hora de mi luna que fue tuya
duermen encogidos mis cansancios
con lluvia, vuelo de pasos y eclipses
calor blanco de nubes de sangre
flores de gracia y sol en el corazón.
Cuántas palabras como rezos
como pasos para llegar a ti
y no alcanzo ninguna
que bañe de luz tu piel serena.
Me creces como un fuego
y no puedo abarcarte.
Con la madrugada tibia en los ojos
con tu nombre en mis labios
te escapaste un día con la muerte.
No es que tu morir me duela tanto
es este vivir que queda
lo que más me duele.
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